domingo, 22 de diciembre de 2013

mascarillas para puntos negros


Mascarilla de lavanda y limón

Esta mascarilla para los puntos negros tiene muchos ingredientes, uno de los cuales no está disponible en la mayoría de los supermercados. Obtén el aceite esencial de lavanda en una tienda naturista, en tiendas que venden artículos de belleza o en línea. Mezcla 1/2 taza de jugo de limón, 4 gotas de aceite esencial de lavanda, 1 cucharadita de manteca, 1/2 taza de avena molida (cualquier tipo de harina de avena te servirá), 1 cucharada de sal y 4 cucharadas de manzana rallada (de cualquier tipo). Esparce la mezcla sobre el rostro y espera a que se seque. Aplícala en días alternos.

Mascarilla simple para eliminar los puntos negros

Esta es una de las mascarillas más simples que puedes hacer en casa. El ingrediente clave son las claras de huevo, que funcionan muy bien en las mascarillas faciales debido a su tendencia de secarse rápidamente y a su adherencia, especialmente después de haberlas batido. Para hacer esta mascarilla, toma dos o tres claras de huevo y bátelas hasta que estén opacas. Agrega unas gotas de jugo de limón. Aplica la mezcla en el rostro y espera a que se seque. Enjuaga con agua.

Mascarilla de harina de avena y miel

A diferencia de muchas mascarillas, esta que elimina los puntos negros no sirve para todo el rostro. Sólo debes aplicarla en las zonas problemáticas. Toma una cucharada de avena molida, 1/2 cucharada de miel, una clara de huevo y mezcla bien. Aplica la mezcla en las zonas afectadas y masajea suavemente durante 5 minutos. Enjuaga con agua tibia.
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martes, 3 de diciembre de 2013

navidad

  • Recordar el inicio de la redención con el Nacimiento del Salvador, el misterio central de nuestra fe es la Resurrección de Cristo –la Pascua- como este suceso abarca toda la vida de Jesús, celebrar la Navidad es solemnizar el proceso inicial de nuestra salvación, de nuestra Pascua.Acoger ahora al Señor que quiere nacer en el corazón del hombre. La fiesta de Navidad invita a reflexionar sobre el amor de Dios que viene a los hombres. El Cristo que tomó parte en la historia de los hombres, hace dos mil años, vive y continúa su misión salvadora dentro de la misma historia humana. Navidad es un acontecimiento divino y humano, que será siempre actual, mientras haya un hombre en la tierra.La Navidad enriquece la visión del plan salvífico de Dios y lo hace más humano y, en cierto sentido, más hogareño. Aunque esta fiesta apunta también a la celebración de la Pascua, la preparación para vivirla –el Adviento- tiene un tono muy diferente, sin dejar de invitarnos al arrepentimiento y a la conversión, el ambiente que se vive en estos días, es en general, festivo y lleno de esperanza y alegría.La Navidad es la fiesta más celebrada por los hombres. Hasta los ateos y los enemigos de la Iglesia se detienen y celebran, a su manera, este acontecimiento de salvación. Es el recuerdo más universal y más gustado que el mundo tiene de Jesucristo. Pero, además de ser un recuerdo, la fiesta de Navidad es una acción salvadora para el hombre actual. Es el Dios inmenso y eterno que desciende a tomar la condición humana e irrumpe en el tiempo del hombre para que éste pueda alcanzarlo. Nadie, aunque quiera, puede permanecer al margen de este misterio. El mundo entero acepta el acontecimiento del nacimiento del Señor, como la fecha central de la historia de la humanidad: antes de Cristo, o después de Cristo.Historia:     ¿Por qué el 25 de diciembre? La fecha del nacimiento del Señor es del todo desconocida, en Oriente se celebra la misma fiesta, el día 6 de enero. Tanto en oriente como en occidente, la fecha fue sugerida por celebraciones paganas dedicadas al culto al sol. La Iglesia, en su afán de evangelización, igual que transformó algunos templos paganos en cristianos, cambió la fiesta dedicada al dios Helios (sol) en fiesta del Nacimiento de Cristo –auténtico Sol- que viene al mundo para iluminar al hombre. La intensión fue transformar una fiesta pagana en cristiana, dándole mayor contenido e importancia.Ya desde el año 380, la Iglesia española celebraba la Navidad el 25 de diciembre y la Epifanía el 6 de enero. La primera, como en Roma, para conmemorar el nacimiento de Cristo; la segunda, para recordar la manifestación del Señor a los magos de oriente, es decir a todos los pueblos.Para reflexionar: al principio de la evangelización lo pagano se transformaba en cristiano, ahora, ¿no será que lo cristiano se está "vaciando" cada vez más de Cristo? ¿eres cristiano?, entonces… ¿cómo celebras la Navidad? ¿a quién festejas realmente?
    Celebración litúrgica:   La celebración del misterio de Navidad comienza desde la tarde del 24 de diciembre, hasta la noche del día 25. En menos de 24 horas, la Iglesia proporciona a quienes quieren celebrar la venida del Señor, 12 lecturas bíblicas llenas de mensaje para una vida comprometida.El día de Navidad para los católicos es día de precepto, es decir, se debe asistir a Misa aunque no sea domingo, pudiendo cumplirse este precepto si se asiste el 24 de diciembre por la tarde o a cualquier Misa del día 25.Con la Misa vespertina del día 24 termina el tiempo de Adviento y se entra en la celebración del misterio navideño. Se leen textos del Profeta Isaías, anunciando con alegría la llegada del Salvador a celebrar sus bodas con la humanidad; de los Hechos de los Apóstoles, con el primer discurso de San Pablo, que da testimonio de Cristo, hijo de David, que viene a salvar a su pueblo; y desde luego, del Evangelio, con el relato del nacimiento de Jesús en Belén.Hay tres Misas diferentes más durante el día siguiente, –25 de diciembre- con lecturas que enriquecen la meditación sobre el Misterio de la Encarnación. Los católicos asistimos regularmente solo a una de ellas, sin embargo, la Iglesia aconseja que los textos bíblicos de las cuatro celebraciones sean leídos durante esos dos días en los hogares católicos, aprovechando que las familias enteras acostumbran reunirse alrededor de la mesa. Con esta práctica se crea un ambiente propicio para la meditación y aceptación de Jesús Salvador en la vida de cada uno, motivando así a un cambio positivo en la vida.