La alimentación es uno de los pilares de la salud
A través de los alimentos ingerimos los nutrientes necesarios que hacen funcionar adecuadamente nuestro cuerpo y que regulan las funciones de nuestro organismo.Una dieta mal balanceada no sólo repercute negativamente en nuestra salud, sino también en todos los procesos vitales como, por ejemplo, el envejecimiento.

Las personas con niveles más altos de azúcar en sangre aparentan mayor edad que quienes cuentan con niveles normales de glucosa.
La ingesta de azúcar provoca que la insulina fluya por el torrente sanguíneo, lo cual ayuda a las células a absorber la glucosa y a utilizarla como energía.
Si el consumo elevado de azúcar se lleva a cabo de forma habitual, el cuerpo puede hacerse resistente a la insulina y así desarrollar enfermedades como el síndrome metabólico y la diabetes tipo II y también, según se ha descubierto ahora, provocar el envejecimiento prematuro.
Aunque no existe un remedio para hacer que parezcamos diez años más jóvenes, sí podemos adquirir unos sencillos hábitos alimenticios para vivir más y mejor.
La reducción de azúcar en nuestra dieta y la ingesta regular de vitaminas, antioxidantes y ácidos grasos esenciales son los puntos clave que pueden ayudarnos a ello.
Comer sano y adaptar los nutrientes a nuestro nivel de actividad física y a las necesidades individuales nos asegura el buen funcionamiento de nuestro organismo.
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